CRÍTICAS PELÍCULAS

jueves, 21 de mayo de 2020

THE NIGHT COMES FOR US (2018)


La dúpla de films de The Raid causaron toda una revolución en 2011 y 2014, respectivamente. Desde Indonesia, el inglés Gareth Evans creó una de las obras definitivas del cine de acción mostrando un ritmo desenfrenado, una violencia descarnada y unas luchas de artes marciales que quitaban el hipo. Dando tullinas teníamos a Iko Uwais quien volvió a demostrar su técnica marcial en la notable Headshot (2016) dirigida por Timo Tjahjanto. Tjahjanto, procedía del género de terror más “disgusting” como demuestran la brutal Macabre (2009) o el inolvidable segmento "Safe Heaven" de VHS 2 (2013) que realizó junto a Gareth Evans. Headshot (2016) era un producto palomitero para los fans del género, un film que pese a su carácter ligero te lo hacía pasar pipa. Los espectadores no estaban preparados para el avenimiento de algo como The Night Comes For Us (2018). Tjahjanto se superaba a sí mismo con esta auténtica burrada que empezó a crear entusiasmo en todos los festivales cinematográficos por los que se proyectaba.
The Night Comes For Us (2018) cuenta la historia de Ito, un hombre que trabajaba para la mafia, el cuál tendrá que proteger a una niña y escapar de su anterior banda criminal, en una violenta batalla en las calles de Jakarta.
Desde aquí no tenemos más que aplaudir a Netflix, en primer lugar por producir el film y en segundo lugar por permitirle total libertad a Timo para hacer todas las burradas que quisiera. The Night Comes For Us (2018) es un consuelo para el aficionado mientras espera la llegada (cada vez más imposible) de The Raid 3. El film recoge la herencia del film de Gareth Evans pero convirtiendo los momentos de acción en explosiones salvajes y abrumadamente gore. Nuestro protagonista, Ito, está interpretado por Joe Taslim, quien ya pudimos verle repartir en el primer The Raid aunque como secundario, soportando esta vez sobre sus hombros el peso protagónico de la trama. Que su personaje sea perseguido por su anterior banda criminal es la excusa perfecta para que arranque una sucesión espectacular de secuencias de acción.
Los primeros 50 minutos, en ese sentido son impecables y te quitan el aliento con una predilección por las set pieces de acción en diferentes escenarios y de forma paralela. Nuestro Iko Uwais repite y se agradece que se le relegue a un tipo de personaje diferente siendo en esta ocasión el villano de la función. Tras dejarnos con la boca abierta en The Raid 2, Julie Stelle también regresa para volver a hacernos una demostración de mandobles bien dados.
Una niña es la única superviviente de un poblado

Ito decide salvarla traicionando a su banda.

Lo que provocará una persecución sin tregua.

Arian, antiguo amigo de Ito, ahora se ha cambiado de bando.

Las tullinas no se harán esperar

Ito lo dará todo en la batalla final.
Como menciono, The Night Comes For Us destaca como expresión gore de la acción, un filtro masoquista que multiplica por 10 la violencia intrínseca de las secuencias de artes marciales de The Raid. En ese sentido, los momentos de acción son impecables, salvajes y no dan ni un minuto de respiro con una sucesión de momentos inolvidables de principio a fin y que no deja de superarse minuto a minuto. Desde la pelea en el matadero hasta esa salvaje y cartoon lucha final entre Uwais y Taslim. Desgraciadamente, el film parece querer encontrar un punto medio entre la historia directa y mínima del primer The Raid y las pretensiones más amplias y profundas de su secuela quedando su historia a medio camino de ello y encontrándose con algún bajón de ritmo especialmente en el meridiano del metraje. Quien más sufre la dejadez de la historia es el personaje de Julie Stelle, sintiéndose su presencia algo gratuita ya que no sabemos muy bien sus intenciones dándote la impresión que es únicamente una excusa para tener un personaje más para repartir hostias a los malos. Y es una lástima porque es un personaje que podría dar para su propia película.

The Night Comes For Us (2018), pese a todo, es la culminación del género, una obra que logra aglutinar el silat (las artes marciales indonesas), el cine de acción de Hong Kong, las artes marciales chinas y el gore cartoon de La historia de Ricky (1991). Un premio de consolación para el que esté esperando más The Raid. De obligado visionado para los amantes de las tullinas sin complejos, del gore salvaje y de la acción desenfrenada. Pude ver el presente film en el Festival de Sitges 2018 y la sesión en la Sala Tramuntana fue un festival de gritos y aplausos inolvidable. Puro Sitges. Podéis leer la crónica aquí.

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