En la misma línea de
Rainbow Song (2006),
Halfway (2009) supone un proyecto de
Shunji Iwai para
Eriko Kitagawa, reputada guionista de series de televisión japonesas (por los que ganó algunos premios) y que supone su salto a la gran pantalla en calidad de directora, con un
Iwai encargándose del guión y la producción. En el film, una pareja de jóvenes empieza a salir, pero sus días felices son interrumpidos por un sólo hecho: ella tiene la intención de entrar en una universidad local, y él no. La chica le implora a su novio que no se vaya y así él comienza a pensar sobre las prioridades en su vida.
Halfway (2009) es una obra sencilla y amable en sintonía con la simpleza narrativa de films como
Historia de Abril (1998). En este caso, el eje por el que circula todo el film se basa en el conflicto que sufre una pareja adolescente sobre si Shu (el chico) debe irse a una universidad lejana en busca de sus sueños pero dejando a su pareja en el pueblo natal. Un conflicto que gira y se rebate durante sus 85 minutos. Una simpleza narrativa buscada y que dio excelentes resultados en films como
Historia de Abril pero que aquí no acaba de cuajar del todo pese a los aciertos que podemos vislumbrar. La pareja de adolescentes está bien interpretada por
Kii Kitano y
Masaki Okada. A
Kitano la vimos
protagonizando
Yubisaki (2006) de
Isao Yukisada o
Bandage (2010) (con también guión y producción de
Shunji Iwai), aunque se ha prodigado mucho más en series de televisión como
Life (2007), donde se abordaba el tema del
bullying.
Masaki Okada ha aparecido en numerosos films, desde la agradable
A gentle breeze in the village (2007), a profesor ingenuo en
Confessions (2010) a participar en el
live-action de
Jo Jo’s bizarre adventure: diamond is unbreakable (2017) de
Takashi Miike.
Volviendo a
Halfway, la ambientación de otoño en un pueblecito de Hokkaido es impecable. Dichas localizaciones van como anillo al dedo al tono del film: pausado, contemplativo, dialogado y muy pacífico. Además logra introducirte totalmente en un instituto japonés de las afueras y en las vivencias de los personajes de una forma natural (el sello
Iwai se vislumbra por todo el metraje).
Las interpretaciones de la pareja de jóvenes son muy acertadas y muestran una gran química. El estilo visual tiene mucha influencia del cine de
Shunji Iwai, por supuesto, pero
Kitagawa destaca por aportar largos planos de cámara en mano siguiendo a los personajes y sus conversaciones, logrando un efecto muy cercano a ellos y de gran calidad visual. Además, tras las imágenes subyace una bonita reflexión sobre la adolescencia, las perspectivas de futuro, las prioridades y las expectativas que uno espera de la vida.
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Hiro, una adolescente como las demás y enamorada de Shu |
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Los dos jóvenes inician una relación. Todo va viento en popa hasta que... |
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Shu, no tiene intención de pasar toda su vida en el pueblo |
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Shu se lo tendrá que pensar dos veces: romper con su chica o luchar por sus sueños |
Pese a sus aciertos,
Halfway se queda en una mera curiosidad. Un film agradable pero no memorable, y cuya extremada simpleza argumental le juega en contra en algunos pasajes del metraje. Aunque al acabarla consiga dejarte un buen sabor de boca y una sonrisa tonta de satisfacción en la cara. No es una gran película pero tampoco es ése su propósito, suponiendo un ejemplo agradable de cine independiente japonés. El film cumple con su objetivo de introducirte en un mundo que nos es ajeno: un pueblecito del norte de Japón. La pareja de adolescentes realiza un muy buen trabajo a nivel interpretativo y contiene varias secuencias de una calidad visual muy notable. El visionado de
Halfway supone dosis de paz, tranquilidad y ensoñación, y eso ya es mucho. Además, en poco más de 85 minutos.
Eriko Kitagawa aún tuvo tiempo de dirigir otro film, la discreta
I have to buy new shoes (2012).
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